miércoles, 3 de mayo de 2017

Buenos Aires pone énfasis en la recría 
El plan ganadero lanzado por la provincia busca mejorar la eficiencia de los productores de hasta 500 vacas, potenciando el actual incremento del rodeo. La capacitación y el financiamiento supervisado, claves para desarrollar esa etapa beneficiosa para el productor y estratégica para el país.
“La ganadería de la provincia va en buena dirección pero todos sabemos que el avance será lento. En 2016 hubo una gran retención, creció el stock. Ahora buscamos apuntalar la productividad mediante acciones que fortalezcan la recría para generar más kilos de carne por cabeza, además de mejorar la eficiencia de la cría”, dijo a Valor Carne Miguel Tezanos Pinto (izquierda en la foto), subsecretario de Agricultura y Ganadería de Buenos Aires, a propósito del plan ganadero provincial presentado recientemente. 
El programa Megaba (Mejor Ganadería Provincia de Buenos Aires) combina financiamiento con fines determinados, más de cien jornadas de capacitación para la incorporación de tecnología y apoyo a proyectos ganaderos locales. 
Sus principales destinatarios son los productores PyMe, los que se sitúan en un rango de 150 y 500 vacas, dada la visión de achicar la brecha tecnológica con los más grandes. 
Según Tezanos Pinto, este segmento “es el más nutrido en la pirámide ganadera de la provincia y el de menores capacidades para acceder a la tecnología. El 90% de los productores posee menos de 250 vacas y no tiene la productividad de los grandes. Por eso, son el objeto de nuestro trabajo”. 
Las herramientas 
Un punto clave del programa, es el financiamiento con la supervisión del ministerio de Agroindustria, tanto en su otorgamiento como en los resultados. En ese sentido, el Megaba ofrece créditos a través del Banco de la Provincia de Buenos Aires y aportes no reembolsables con fondos nacionales. 
Entre las alternativas se encuentra una línea en dólares a tasa fija del 5,8% anual, a pagar en 36 meses y con seis de gracia, para atender necesidades de corto o largo plazo como compra de maquinaria, siembra de pasturas, suplementación forrajera y tratamientos veterinarios, entre otras. 
“Decimos que son líneas que están ‘atadas al rendimiento’ porque se van a otorgar con el compromiso de aplicar el dinero con la visión que estamos fomentando. No tiene sentido que vaya solo a comprar animales; por eso, si un productor pide el crédito para una determinada acción y nosotros detectamos que haciendo otra cosa va a agregar más valor, se lo vamos a plantear”, explicó el ministro de Agroindustria de la provincia, Leonardo Sarquís (derecha en la foto). Y destacó que “esta dinámica es posible gracias al trabajo continuo entre el banco y Ministerio. Ellos ponen el financiamiento y nosotros el soporte técnico, lo que nos permitirá construir a partir de las necesidades de cada localidad o región”. 
Además, los productores porcinos no bancarizados podrán acceder a montos de hasta $ 160.000 presentando un proyecto supervisado por Cambio Rural, alguna dependencia oficial o entidad. Finalmente, con un presupuesto inicial de $ 25 millones, se brindarán fondos rotatorios y asistencia técnica a proyectos locales desarrollados por experimentales del INTA, Cambio Rural, municipios o entidades, entre otros actores del sector. 
Capacitaciones a medida 
En las más de cien jornadas ya proyectadas para este año, se abordarán temas como implantación de pasturas, forrajes conservados, nutrición, manejo sanitario y mercados. Las mismas están destinadas a productores, profesionales, asesores de campos y proveedores de servicios; y se realizarán en todos los partidos de la provincia, en unidades del INTA, en chacras experimentales provinciales y en establecimientos ganaderos. 
“Si bien ya están armadas en un 70/80%, se van a ir incorporando más y, reformulando alguna ya que el intercambio con los productores nos puede hacer rectificar lo pautado, tanto en el tiempo como en el contenido. El Estado tiene que estar de la manera que el ganadero lo necesite”, sostuvo Tezanos Pinto. 
En materia de servicios, el Ministerio y el INTA pondrán a disposición laboratorios y capacidades analíticas sobre temas sanitarios y calidad de forrajes, entre otros, buscando construir una red que brinde cobertura a productores de todas las zonas. 
Puntos a atacar 
Para el gobierno bonaerense, hoy la principal limitante para que la ganadería de un salto de calidad es la recría. “Tiene que mejorar claramente su productividad, por eso las capacitaciones en el tema van a ser de gran importancia. Si Buenos Aires puede producir 30/40 kg más por cabeza, el impacto será tremendo”, enfatizó el Subsecretario. 
Pero más allá del incremento de la oferta de carne, agregar más kilos a los terneros también es negocio para el criador. Según la edición de marzo del informe Resultados Económicos Ganaderos del ministerio de Agroindustria de la Nación, en un modelo tradicional de la Cuenca del Salado, llevando los machos hasta los 250 kg y las hembras hasta los 210 kg, mediante una recría de cuatro meses, el margen bruto resulta 16% mayor “aún con mayores costos de personal temporario e implantación de verdeos de invierno en un 6% de la superficie”. 
A pesar del énfasis en la recría, el Megaba no deja de lado la primera etapa de la cadena. “Los criadores de Buenos Aires tienen una buena productividad comparada con el país, sin embargo el potencial de su rodeo es mucho mayor”, subrayó Tezanos Pinto. 
Al respecto, aclaró que las acciones irán a fortalecer la productividad ya que “la retención del año pasado ya hizo crecer el stock en 800 mil cabezas”. 
Para el funcionario, lo fundamental para mejorar ambas etapas, pasa por la comida. “El stand de alimentos que una vaca necesita a lo largo del año tiene que ser cuidadosamente planeado y muchas veces no lo es. Ahí tenemos un margen altísimo para incrementar la producción de forrajes”, disparó. 
A modo de ejemplo, describió la situación en la Cuenca del Salado. “Tenemos medido que un campo bajo, con pelo de chancho, poco productivo, puede producir 2.000 kg de materia seca al año en el mejor de los casos, mientras que un raigrás brinda 10 mil kg. Entonces, la promoción de raigrás o la incorporación de un verdeo, ni hablar de una pastura, puede multiplicar por cinco la disponibilidad de pasto en esa misma hectárea”, aseveró. Y agregó que “la ganadería tienen que ir definitivamente en esta dirección, además de mejorar su manejo”. 
Mirando a futuro 
Otro punto a tener en cuenta es la necesidad de reformular el sistema productivo desde una visión más integral. “En los últimos años se ha agriculturizado mucho la provincia y hemos mandado las vacas a los bajos, sin planificación. Nuestra propuesta es hacer un modelo de agricultura más ganadería: así, podremos dar un salto de calidad inmenso”, enfatizó Tezanos Pinto. 
En ese contexto, afirmó que “el negocio agrícola-ganadero es más sostenible en el tiempo. Los precios de los granos permiten darle de comer tanto a bovinos como cerdos. Vamos a un combo más equilibrado, donde los valores relativos se han acomodado”. 
Sin embargo, advirtió que no se pueden dejar cabos sueltos. “Las vacas se tiene que preñar, la sanidad debe ser buena y se debe difundir una red de negocios que apuntalen estos nuevos modelos. Esto es crucial, en definitiva es lo que me hace ganar o perder”, resaltó. 
En tanto, Sarquís confía en que mediante “las distintas opciones financieras, el Megaba permitirá buscar las mejores alternativas para la cadena forrajera lo que llevará a su vez a tener una cría y recría más productivas”. 
“Con el crecimiento en 2016 generamos ingresos por más de $ 8.000 millones en la cadena de la carne. Queremos potenciar ese camino de desarrollo de la provincia”, concluyó. 
Por Marcos Lopez Arriazu, Jefe de Redacción de Valor Carne